DE GIRA POR PARTE DE ESPAÑA CON LOS SABANDEÑOS

Hacemos las maletas y nos vamos para tierras de España.

Ya hacen como unos ocho años que recibí la propuesta de tocar con los Sabandeños. Los nervios y el sudor frío me invadieron pues no esperaba esa noticia. Cierto es que durante algún tiempo no seguía a este gran grupo por diversas razones, que ahora no son importantes. Pero sería estúpido si no entendiera por justicia, el gran trabajo que habían realizado hasta la fecha y al margen de la situación que precisamente propicio la propuesta de entrar a formar parte de este colectivo, seguirían realizando con total seguridad.  Pero no quiero hablar del pasado, quiero hablar del presente y futuro. Este año celebramos el cincuenta aniversario del grupo y a los que hemos llegado casi por último nos toca el sentir orgullo por pertenecer a este grupo y poder compartir (espero que por mucho tiempo) con algunos fundadores del mismo y otras personalidades, que si bien no son fundadores, sería muy complicado entender este proceso sin ellos.

Cantamos y sentimos pues muchos somos los músicos que conformamos las líneas de este grupo (no sabemos hacer otra cosa que hacer música), pero al margen de la profesionalidad, está el sentirse parte de algo importante y los Sabandeños lo son.

De vez en cuando partimos para otras tierras y lo que allí se experimenta roza el pensamiento mágico. Gentes que llegan de  lugares a cientos de kilómetros sólo para vernos. Les aseguro que escribo estas líneas y lo hago con la emoción en los dedos ya que es muy complicado el describir esa sensación. Sólo me sale mostrar mi humilde gratitud.

No todo es fácil: Viajes, hoteles, guaguas, corre pá aquí, corre pá allá, ahora la prueba, corre, corre, duermes poco (no por las fiestas, pues les aseguro que cada vez son menos frecuentes, por no decir inexistentes), recepciones, más pruebas, más guaguas… Todo esto se diluye cuando subes al escenario y disfrutas. Se olvida uno de todas estas salvedades cuando compartes con tus compañeros momentos inolvidables cargados de buen «rollo» y risas a raudales.

Del día dieciséis de octubre al veinticinco, estaremos recorriendo parte de esas tierras de España y ya conocemos que la expectación es muy elevada (¡qué responsabilidad!). Intentaré estar a la altura de las circunstancias con la contra (variante del timple) y con mi escasa pero desagradable voz.

Les espero en estas citas lejos de casa. Les espero con los brazos abiertos y les garantizo que haremos lo posible por que durante algo más de hora y media sean un poco más felices. Esa será nuestra meta.

Un Sabandeño,

Josele del Pino.